Eucaristía

La Sagrada Eucaristía es el Sacramento en el que Jesús entrega por nosotros su Cuerpo y su Sangre: a sí mismo, para que también nosotros nos entreguemos a él con amor y nos unamos a él en la Sagrada Comunión. Así nos unimos al único Cuerpo de Cristo, la Iglesia.
La Eucaristía en nuestra parroquia
  • Nuestro centro: la Misa diaria

  • Preparación para recibir la 1ª Comunión
  • Exposición del Santísimo continuada los jueves y Adoración guiada los 2º y 4º Lunes de mes
  • ¿Quién puede recibir la Eucaristía?

    La sagrada Comunión es expresión de la unidad del Cuerpo de Cristo. Pertenece a la Iglesia católica quien está bautizado en ella, comparte su fe y vive en unión con ella.

    • Quien quiera recibir la sagrada Eucaristía, debe ser católico.
    • Si fuera consciente de un pecado grave o mortal, debe confesarse antes. Antes de ponerse ante el altar hay que reconciliarse con el prójimo.
    • Hoy en día la Iglesia pide al menos una hora de ayuno.

    ¿Qué sucede con la Iglesia cuando celebra la Eucaristía?

    Cada vez que la Iglesia celebra la Eucaristía se sitúa ante la fuente de la que ella misma brota continuamente de nuevo: en la medida que la Iglesia «come» del Cuerpo de Cristo, se convierte en Cuerpo de Cristo, que es sólo otro nombre de la Iglesia. En el sacrificio de Cristo, que se nos da en cuerpo y alma, hay lugar para toda nuestra vida. Nuestro trabajo y nuestro sufrimiento, nuestras alegrías, todo lo podemos unir al sacrificio de Cristo. Si nos ofrecemos de este modo, seremos transformados: agradamos a Dios y para nuestros prójimos somos como buen pan que alimenta.

    Puesto que Cristo está verdaderamente presente bajo las especies consagradas de pan y de vino, debemos conservar con la máxima reverencia las sagradas especies y adorar a nuestro Señor y Salvador presente en el Santísimo Sacramento.

    ¿Con qué frecuencia debe participar un católico en la Eucaristía?

    Todos los domingos y fiestas de guardar el católico está obligado a asistir a la Santa Misa. Quien busca verdaderamente la amistad de Jesús, responde, tan a menudo como le es posible, a la invitación personal de Jesús a este banquete.